Infección por Salmonella
La denominación de Salmonella agrupa a una gama de bacterias similares pero no idénticas. Los principales agentes etiológicos son Salmonella enteriditis, Salmonella typhimurium y Salmonella thypi. El consumo de alimentos contaminados es la principal causa de infección. Los alimentos más implicados son los huevos, la carne cruda, el pollo, frutas y verduras crudas y productos lácteos no pasteurizados.
Como otras enfermedades transmitidas por los alimentos, los síntomas de la salmonelosis implican sobre todo al intestino y son diarrea, fiebre, náuseas y vómitos. Aparecen entre las 8 y las 72 horas siguientes a la ingesta de la bacteria y desaparecen al cabo de cuatro a siete días. Algunas personas son más susceptibles a la infección que otras: los mayores y las personas con sistemas inmunes debilitados son más vulnerables.
La mayoría de las personas que enferman se recuperan bien tras unos días con un tratamiento que incluya beber muchos líquidos para reemplazar los que se pierden. Solo en casos graves es necesario un tratamiento con antibióticos, aunque algunas bacterias se han vuelto resistentes.
Una prevención cuidadosa
La prevención pasa, sobre todo, por la higiene de manos, una de las mejores formas de evitar la propagación de cualquier enfermedad transmitida por alimentos. También es importante asegurarse de cocinar por completo los alimentos. Otros puntos que deben tenerse en cuenta con la Salmonella y con otros patógenos para prevenirlos son:
Mantener los alimentos que necesiten refrigeración por debajo de los 4 ºC, mientras los calientes, por encima de los 60 ºC. Estas bacterias están cómodas y crecen bien en la denominada zona de peligro (entre los 4 ºC y los 60 ºC).
- Conservar la carne cruda, aves y marisco en la nevera en envases que impidan que los jugos goteen sobre otros alimentos.
- Lavar las frutas y verduras frescas antes de consumir.
- Leer las etiquetas y seguir las instrucciones de cocción y de almacenamiento.
- Lavar bien cuchillos, tablas de cortar, superficies y otros utensilios que hayan estado en contacto con alimentos, sobre todo carne y pescado.
- Cocinar bien la carne de ave de corral, la carne picada y los huevos. Tener especial cuidado con el consumo de alimentos que contengan huevo o leche crudos, como salsas, mayonesa casera, helados caseros o tiramisú.
- Evitar la contaminación cruzada de productos de origen animal, como el pollo crudo con otros alimentos.